El día 20 de marzo de 2013, hemos recibido una
conferencia ofrecida por Dª. Marifé Santiago Bolaños llamada, “violencias
opresoras, imágenes de libertad”. Comenzó hablándonos sobre la opresión que
sufren las mujeres por parte de los hombres. Más tarde nos puso un documental,
¿pourquoi? realizado por la fotógrafa Ouka Leele. En él salía una mujer
hablando sobre la situación de las mujeres en la República Federal del Congo y
contaba una historia atroz sobre lo que la había ocurrido una de ellas.
Como se exponía durante la conferencia, si viviésemos
en un mundo igualitario nada de esto tendría que ser contado, ni filmado, ni
nada por el estilo porque, no debería existir la diferencia entre hombres y mujeres
ni las atrocidades que se cometen. Las mujeres no somos un trofeo de guerra
como se exponía en la conferencia sino que en un principio no debería existir
la guerra y en segundo lugar no son un trofeo, ni un objeto, son personas.
Es un tema
delicado y en muchos casos poco nombrado en la educación de los más jóvenes.
Todos sabemos lo que es, pero a poca gente se le ha hablado en profundidad
sobre ello. Me siento afortunada, durante seis años en el instituto he recibido
varias charlas sobre el tema, es alucinante como en el S. XXI aún existen
hombres que maltraten de forma tan brutal a sus mujeres, no son tratadas como
personas, sino como objetos. Es un maltrato psicológico y físico y en numerosas
ocasiones acaba en el fallecimiento.
FALLECIMIENTO, es increíble
como una persona puede asesinar a otra por el simple hecho de creerse superior
a ella, que la maltrata, la pega, la hace sentir la persona más despreciable
del mundo.
El machismo es algo
que supuestamente esta erradicado en los tiempos en los que vivimos pero creo
que es uno de los argumentos más falsos que pueden existir. Millones de mujeres
cobran menos salario que los hombres, los anuncios del hogar van dirigidos
hacia ellas, se las sigue tratando como un objeto sexual y en numerosas
ocasiones como un objeto sin más.
Es algo en lo que
todos debemos actuar, porque no solo afecta a la persona
sino también a sus hijos y a los familiares que lo ven día a día y no
pueden hacer nada para remediarlo. Los gobiernos se han implicado en que la
población se conciencie de lo que esta ocurriendo, ¿suficiente?, yo creo que
no.
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